AL AIRE LIBRO

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domingo

Tulio Mendoza Premio Regional de Arte

De las infinitas maneras que hay para presentar a una persona como Tulio, se me ocurren unas cuantas, de entre las que he elegido ésta. Que puede no ser la mejor, pero allavallavá.

Es un presentación breve, casi como el silencio.

Si leer es interpretar signos, no es la poesía en el sentido restringido, la única bella escritura y lectura posible. Los signos alfabéticos son distintos a los abecedáricos, y éstos y ambos, de los aritméticos, y del sistema braille. O de los signos del mar y los cielos.

Los griegos decodifican, sus alfa, betas y gamas, y nosotros los abecé. Los campesinos y pescadores se comunican con los celestes estelares y los oceanos.

Las madres leen los gestos de sus bebes y los amantes, intercambian señas secretas.

Mamihlapinatapai, es un vocablo fueguino curioso, la mas suscinta de las palabras conocidas. Significa algo así como: “una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar".[” Veintisiete palabras españolas para interpretar una palabra del idioma de los indios yámanas de Tierra del Fuego.

Los poetas y los sabios son frecuentes usuarios de palabra Mamihlapinatapai cuando dialogan con nosotros a través de sus obras: adivinan, interpretan, nos ayudan a extraer de los mundos, aquello que verdaderamente nos importa y nos nos atrevemos decirlo. O porque lo dicen mejor y antes que nosotros. Como no presumen estar libres de pecado, se animan a romper el silencio y lanzar el primer verso.

Tulio es uno de los adivinadores, descubridor de significados, anunciador de misterios, vocero de los silencios semánticos. El es uno de los que mira y signa.

Cada una de sus obras permite adentrarse en distintos mundos. Muchos han escrito y comentado de ellas. Quiero agregar algo, un comentario de su Tinta de Poeta como una manera de apropiarse en sus signos diversos

no sólo sus versos,

no sólo sus manchas de tinta y collages,

no solo los tonos de su voz cuando nos habla,

ni sólo sus ideas ni pasiones....



De la decodificación que ejecuta que el hace surgen esencias estéticas, eticas y políticas que nos son familiares, comunes. Hay una mirada que comprende y explosiona los significados contenidos en Mamihlapinatapai : Tulio adivina y dice lo que todos nosotros, ( especialmente los habitantes de esta región elegida), queremos decir, sin atrevernos. Cada verso, cada tinta que descubrimos, nos descubre, como el Axolotl cortazariano.



Su trabajo es un paso mas allá de “una mirada- fueguina- entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar”.

Su atrevimiento es animarse a decir, sin romper la magia de los misterios

de la diversidad infinita de la gente de la región del Bío Bío.

sábado

¿Premio Regional de Arte para Tito Matamala-pata de los libros??

¿Les parece a ustedes que el autor de las opiniones abajo expuestas sería un digno Premio Regional de Artes Literarias?

http://www.culturabiobio.cl/web/index.php?action=articulo&id_articulo=305





martes 30 de abril de 2002

La mala suerte de los libros


Por estos días se destapan botellas de lo que en adelante deberemos conocer como "vino espumante", a propósito de las exitosas negociaciones con la comunidad europea que han culminado con un trato firmado de igual a igual. Bien, felicidades a los que van a lucrar de tanta dicha.
A su vez, me llegan correos en cadena de quienes se quejan porque el libro y la actividad editorial han quedado completamente fuera de toda conversación con los representantes europeos. Y se me pide que -ya que estoy involucrado en el asunto- yo también me enganche en la cadena, y que firme una carta que se le enviará al Presidente de la República.
Por supuesto, me he negado, porque -aunque me vea afectado en mis aspiraciones futuras- soy un ferviente contrario a cualquier tipo de legislación que tienda a favorecer a los libros y autores chilenos. Siempre me he opuesto a una rebaja del IVA a los libros, a una ley de fomento de la lectura, a un impuesto a quienes no lean libros, o lo que sea. ¡Me opongo al Fondart entregando billetes a escritorcillos y poetastros con talento nulo!
Aunque nos suene a desgracia mayor: el libro, así como el talento, debe valerse por sí mismo, sin esperar ni una limosna piadosa ni un escudo protector del Estado. Se abren las fronteras y penetran libros de lujo a precios de huevo, qué pena más grande. La culpa es de nuestro pequeño país, del tamaño de su mercado, y la poca vivacidad de las editoriales que ya no arriesgan como en los años mal llamados de "la nueva narrativa".
El libro solito, no más.
Sin embargo, no eximo de culpabilidades al Estado y al gobierno. Una cosa es que yo no desee su ayuda, y otra es que me parezca bien que el libro se basuree o maltrate. Uno de los correos que pretendía invocar a mi muerta solidaridad, me recuerda que cada editorial es obligada a enviar 15 ejemplares de TODOS los libros que publican a la Biblioteca Nacional. Supongo que para alimentar los ratones u ocupar espacio inútil. Lo divertido es que nadie paga por esos libros, y de seguro requete-nadie los lee jamás. Rico tu apoyo. Una solución sería repartir esos libros por todas las pobres bibliotecas de escuelas en el país. Pero antes, señor presidente, propongo que esos libros los paguen. Vea usted cómo.
En un ámbito parecido, por ejemplo, pido a mis alumnos de la universidad leer "Pantaleón y las visitadoras". Unos pocos lo consiguen en la biblioteca, otros realizan un esfuerzo y adquieren una edición en las librerías. Pero el día del control de lectura la mayoría de ellos porta libros viles, ediciones piratas cochinas y roñosas compradas con unas pocas monedas en la calle...
Nuestro querido gobierno prefiere la demagogia de las llamadas "políticas culturales", y atiende con desidia el tremendo forado que provoca la piratería de libros.
En Chile, el libro se halla abandonado a su negra suerte de vivir en un país pequeño y miserable. No importa, yo lo prefiero así, cual si fuese una goleta en contra de la corriente, a punto de hundirse y perderse para siempre. Así lo prefiero, pobre y triste, y no al amparo de una política gubernamental.

Desde Homero hacia adelante, según he sabido, los grandes escritores nunca necesitaron ayuda.
Tito Matamala
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Esta es el comentario que mandé en la acasión.
Al parecer mis palabras de entonces hoy ya no tienen sentido porque Matamala es un Converso.
Postula a los fondos públicos ¿cambió su percepción o se puso humilde y se relaciona con "poetastros y escritorcillos"?



Mil Vueltas
Diario El Sur de Concepción, 3 de junio de 2002



La lectura de las amenas palabras de Tito Matamala, el 30 de abril pasado me trajo divertidos recuerdos de "Pantaleón y las visitadoras. Del pulcro capitán Pantaleón Pantoja; la sensual visitadora colombiana y el puritano predicador de las tierras de Vladimiro Montecinos, quien aprovecha su influencia comunicacional para vengarse por su exclusión del supuesto negocio de las prostitutas.

La idea de dejar los libros y a sus autores a la suerte, me parece tan romántica como la lluvia, pero como me enseñó un amigo de un cerro tomecino: es muy romántica para los que tienen dos pares de zapatos. Tagore Biram no los tenía y los últimos días de Alfonso Alcalde fueron a la intemperie.

Mientras tanto Matamala se confiesa "ferviente contrario a cualquier tipo de legislación que tienda a favorecer los libros y autores chilenos" y que "siempre me he opuesto a la rebaja del IVA a los libros".

Al escuchar -leer- algo descabellado, pienso que tras las palabras, por absurdas que aparezcan, se albergan profundas o superfluas razones, resentimientos, pasiones, o locuras. Pero esta vez, aunque le de mil vueltas, no atino con Matamala. Lo que no tendría mayor importancia, of course, y no habría hecho mayor cuestión si no fuera porque Tito no descansa ni me deja. Señala categórico "¡me opongo al Fondart entregando billetes a escritorcillos y poetastros con talento nulo!"

¿Se refirirá, entre otros, a los premiados Fondart: Antonio Skarmeta, Omar lara, Isabel Allende, Alberto Fuguet, Marcela Serrano, Hernán Rivera Letelier o Gonzalo Rojas, cuando Tito Matamala habla de "poetastros y escritorcillos"?

Matamala "pata" que no atino.

Darwin Rodríguez S.



¿Qué opinará el jurado?

martes

Mercedes Sosa, Pachitos y Seven Up en el Luna Park

Mercedes Sosa y “los Panchitos y los Seven Up ” del Luna Park

Esa tarde bonaerense tenía calor y hambre. La incertidumbre embargaba al grupo que con risotadas –neuróticas- paseaba por las callecitas cercanas al legendario Luna Park. En el impresionante frontis del coliseo porteño una gran letrero con el rostro, flanqueado por un par de guantes de box, del ídolo Carlos Monzón. En las columnas laterales colgaba un par de afiches “Gran Concierto de Mercedes Sosa”. Fue como un rayo. Ninguno de los siete tomecinos portaba un cinco en los bolsillos. La necesidad de compartir las canciones de la cantora tucumana se hizo perentoria. Nos acercamos a la ventanilla de venta de entradas como si importara saber el precio. Curioseando en los espacios contiguos a la gran puerta de entrada vimos una corta fila de personas frente a una oficinita en la que destacaba un pequeño letrero. “Se necesitan vendedores de panchitos” . Nos acercamos a averiguar que significaba eso cuando uno de los encargados se acerca con una bandeja repleta de hotdogs, y me la pasa. Me dijo el precio y que debía venderlos en la sección S-11 de las graderías. Avancé tímido, mirando de reojo a mis amigos que, con el mismo desconcierto y expectativas, agarraron su propia bandeja. Subí las empinadas escalinatas hasta llegar a ver, allá, lejos, abajo, un diminuto escenario en el que reposaba un par de guitarras y un bombo.
En lo mas alto del Luna Park los 7UP, siete tomecinos rejuntados por la casualidad allende Los Andes, coincidimos con la miradas al tiempo que el olor a los “panchitos” hacía sonar nuestras tripas. El primer mordisco fue al unísono y desde ahí para adelante el amplio espacio se lleno de música. Tañidos y bordoneos. Una voz poderosa y tierna nos devolvió la vida que se nos venía alejando desde hacía ya unos meses, cuando cruzamos la cordillera. Desde entonces Mercedes Sosa no ha sido para mi sólo una cantante de bella voz. Sino, junto a Serrat quienes me salvaron el alma. Me devolvió la esperanza y recreer en la belleza. Y gracias a ella una tarde bonaerense comí mi primer bocado después de varios días de hambre corporal y espiritual.