AL AIRE LIBRO

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domingo

Remodelacion de la Plaza de mi pueblo

Por algo será que las coincidencia ocurren.
1.- Hace un tiempo propuse un cambio de nombre de la Plaza de Armas, pues en tiempos y aspiraciones de paz debiera ser Plaza de Artes, que se levante la Plaza en Artes.
2.- Luego, en el aniversario de la partida de nuestro amigo Luis Andrés Jorquera se publica en un periódico digital de la comuna tomecina, un excelente y documentado artículo que escribió sobre la Plaza tomecina, y
3.- Hace poco me entero de un plan de re-modelación de la misma.

Supongo que los diseñadores habrán tomado en cuenta lo que significa para nosotros este lugar del que nos sentimos tan orgullosos. En esta plaza se albergan los valores culturales de una humanidad tomecina diversa y multigeneracional. No vaya a suceder que los “expertos” traspasen conceptos importados, como esos híbridos planos diseñados en algún estado sureño de USA, transplantados con sus prados verdes cerca(dos) y lejanos de la idiosincracia arquitectónica tomecina. O como esas plazoletas de los malls que privilegian la función marketera, con pasadizos amplios que conducen al consumo mas que a la sombra del ocio y el esparcimiento.
A menos que eso se quiera para fomentar un tipo de turismo como el de la Plaza España en Concepción. De ser así que se nos diga y la discusión será distinta.

Todos estamos de acuerdo con arreglar y mejorar las cosas, y también, a simple vista, nos podría resultar muy interesante un proyecto de remodelación que ocupe mano de obra en tiempos tán críticos para la familia tomecina, sin embargo, debemos custodiar que no se haga trasgrediendo los valores locales. La remodelación de un lugar patrimonial no empieza ni termina en una maqueta, por bonita que luzca, sino de una definisión previa, discutida y concensuada por la comunidad, el perfil del lugar debe estar predefinido. Y lo está, en el caso de Tomé, la plaza pertenece a todos sus habitantes y no sólo a los que viven en su entorno inmediato, ni sólo a las autoridades, por eso en este caso, se ha convocado, aunque fallidamente, a la ciudadanía para que opine y decida; tampoco pertenece la plaza sólo a los técnicos o planificadores urbanísticos, por expertos o sabiondos que sean.
Corro el riesgo de no explicar bien el alcance y pretención de mis palabras, ser malentendido, o mal interpretado, (y esto no es una disculpa, porque no corresponde) las entrego como un aporte a la reflexión necesaria, como un par de claves democráticas para intervenir en el debate. Una mala decisión puede ser nefasta en vista que hay estudios que señalan que la intervensión en esta materia debe ser en extremo cuidosa. La fragilidad y delicadesa de estos patrimonios son grandes y por hacerlo mejor puede resultar peor.
Caracteriza la Plaza, ser espacio diverso de ocio, recreación y amores. Tanto en su antigua como su estructura actual. Aquella que ocupaba sólo la mitad oeste de la manzana con su Odeón desde el cual los domingo se escuchaban la retretas bajo los tilos frondosos del mismo costado. Donde sentados en los antiguos y tradicionales escaños las parejas de enamorados contemplaban las estrellas tomados de las manos, aprovechando la intimidad que les daba la sombra y la escasés de transeuntes que discretos y bullangueros circulaban por los otros costados.
Esa sabiduría popular para un uso democrático, masivo y diverso de los espacio: los padres con los niños se estacionen por las tardes, en la amplia emplanada alrededor de la fontana, donde allí mismito mas temprano, antes del almuerzo culminan su caminata matinal los jubilados que entremezclan comentarios sobre el acontecer nacional y local, con los recuerdos del bullente Tomé de las textiles. Y el buen o mas funcionamiento de los centros de salud y el Hospital.
Cuando cae la noche, adolecentes y jóvenes circulan en sentidos contrarios para cruzar guiños y piropos, construyendo, ilusionados, los futuros. Algunas modestas tribus urbanas toman una esquina ante la mirada molesta de mas de algún pasajero que olvidó que fue ternera.

Chile es un país de rincones. La arquitectura tomecina, los serpenteados cerros, las disposición de sus calles y pasajes, las quebradas escaleras dibujan recovecos que dan al ojo, múltiples, infinitos, paisajes, ratificando la esencia diversa, tolerante, multicultural de los tomecinos.

Por eso su plaza no puede ser sino llena de rincones de ocio y pasadizos que no llevan a ninguna parte. Es una plaza para el ocio, no para el neg-ocio. Lo que no impedide que sea al mismo tiempo, por sus bordes o cachañando en los pasillos, el acceso hacia otros destinos. Y en el viaje cambiar saludos, socializar con los vecinos y vecinas reposones. Por eso las ferias comerciales (Vease Uso de los Bordes) no debieran quitar el espacio a las personas que circulan obligándolas a des-plaza-rse hacia los espacios interiores, (véase Utilización del interior) que como he descrito, ha sido apropiado por enamorados, niños y ancianos con sus propios, distintos y particulares afanes. No puede RE-MODELARSE la Plaza como un pasillo expedito para peatones apurados. Ni el tiempo es oro ni la distancia mas corta entre las personas es la línera recta. (Vease Flujos)
Desde los tiempos del ñauca la comunidad se ha ido, como corresponde apropiándo y contruyendo este patrimonio público.

Un pequeño ejemplo de los añejosos y vitales valores socio-culturales que se pasean por los misterioreros y aventurosos caminos y recovecos de la plaza: hallazgo de mi oficio lector que coparto con ustedes. Un texto publicado en La Divisa del 14 de enero de 1939 por Benjamín Velasco Reyes y que forma parte de Retazos, 100 años de poesía en Tomé, una antología inédita que aguarda, entre mis cachureos ver la luz de otros ojos. Estimo reproducir algunas estrofas que mas de alguna nostalgia provocará en los mas antiguos (lástima que son los que menos acceden al internet) y sorpresa por lo familiar y actualidad de los paisajes, a los mas nuevos,
Sonetos de Tomé

1.- La ciudad de Tomé

Frente al mar, con el tren hasta sus flancos,
florece esta ciudad porque Dios lo quiso
elegir para ella un Paraíso
llenos de sol sus caserios blancos.

Con sus playas, sus cerros y barrancos,
sus paisajes atraen de improviso,
como también el corazón sumiso
de sus sencillos habitantes francos.

Flota una paz amable por su ambiente
porque no osan turbar sus horas bellas
bullas de grescas o gritos de zandunga

Recorremos sus calles mansamente,
sin el temor que al pasar por ellas
nos mate un auto o nos asalte un punga.

2.- La Fábrica de Paños de Tomé

La fábrica es un templo y una escuela,
con que Tomé su porvenir labora.
La lana en bruto que recibe ahora,
por un milagro se convierte en tela.

Su población, culta y conciente, vela
por el brioso afán de cada hora.
Amantes del saber, su emuladora
aspiración deja hermosa estela.

Cada domingo, en un alegre elenco
sus obreritas, por descanso, el viaje
emprenden siempre sin ningún reparo

porque se van a Concepción o Penco
con la elegancia de su lindo traje
de guante blanco y de sombrero claro.

3.- LA PLAZA DE TOMÉ

¡La plaza de Tomé! Con estas ondas
de calor, que agradable es el reposo
que sentimos aquí, bajo el glorioso
y artístico desorden de sus frondas.

Pues nos esfuma algunas penas hondas
este paseo en que la planta poso;
el pensamiento hasta un país hermoso
emprende el vuelo en invisibles rondas.

¿Quién no sueña con besos y con mimos?
Nadie en volverse se da mucha prisa
Y con la noche se regresa a casa.

Pero, cómo en la Plaza revivimos
cuando cae
en nosotros la sonrisa
de un lindo rostro de mujer que pasa.


Mi opinión está motivada, además de por mi condición de tomecino comprometido, por los planteamientos expresados en La Memoria, en la página del municipio, que sustenta la propuesta que ha hecho una consultora al Municipio local para remodelar la Plaza de Artes de Tomé.
He seleccionado algunos párrafos y subrayado algunas líneas en que se manifiestan objetivos exactamente contrarios a los que el uso comunitario de la plaza, y que he someramente descrito, ha construído por muchos años.

Dice el informe respecto de:
Actividades de borde.
La máxima expresión de este uso del borde, se verifica en la
disposición de los módulos de artesanías que durante los meses de
verano rodean toda la plaza. Esta disposición genera una espacialidad
que si bien ordena el gran flujo perimetral de público, presenta graves
problemas de congestión. El espacio, ahora “interior” de la plaza, se
presenta ajeno y sub-utilizado, otorgando una sensación de
inseguridad nocturna.


Utilización del interior
El interior de la plaza es utilizado en la actualidad, en actividades
de descanso y permanencia, verificándose circulación peatonal de
menor envergadura, debido a la disposición de jardines en una
geometría que no acompaña los flujos principales de público.



Flujos
La plaza se encuentra dispuesta entre varios polos de atracción
de la ciudad, la Playa el Morro, los Servicios Públicos, el Sector
Comercial, y Los Cerros.
Se verifican dos grandes flujos hacia los sectores de servicios
públicos y playa el morro, estos provienen desde los cerros Estanque por
el nororiente y Carlos Mahns y la zona comercial de calle Egaña y
Manuel Montt por el suroriente; este último es reforzado por el flujo
peatonal inverso, desde el norponiente, que se verifica desde los cerros
Navidad y San Juan, hacia el sector comercial ubicado al Sur
(Mercado).
El planteamiento considera estructurar la plaza, de acuerdo a los flujos
peatonales que articula. Los flujos son acogidos en forma natural, atravesando el espacio plaza, desde y hacia los puntos de origen de la circulación.
Esta disposición de flujos, genera una geometría de ejes simétricos que cruzan la plaza en diagonal, y que aunque es la típica de las plazas de siglo XIX, aquí nos permite además de acoger dichos flujos, desahogar los bordes, y rescatar el centro como elemento jerárquico y de uso masivo.


El municipio ha convocado a la comunidad para que opine sobre estas propuestas y que la respuesta ha sido muy pobre, sin embargo para cumplir con una real consulta ciudadana, debiera elaborarse una encuesta detallada y aplicarla a los distintos usuarios de la plaza, sin perjuicio de una nueva convocatoria a la comunidad, reforzando, eso si, los mecanismos de comunicación e información.

Termino señalando que mientras escribo reviso otros textos, escucho una canción de Cecilia y Los de Tomé. Se combinan recuerdos gratos y nostalgias. Rabia e impotencia, y también la energía para soñar nuevos futuros, que guarden a las nuevas generaciones los valores construídos con esfuerzos de muchos/as tomecinos/as; y también los de los/las entomecinados/as. La Fábrica aquella ya no está, el tren ya no pasa, no los viajes a Penco o Concepción con guante blanco... El árbol que talló con paciencia de leñador el Chago: en su costado un funeral de pescadores, sin el cuerpo de difunto arrebatado por el mar, un mascarón de proa hacia cada punto cardinal, de los mascarones que usaban los viejos barcos para protegerse de los dioses del mal que habitaban los mares. Los del Chago nos protegieron de los 4 malos que amenazaron Tomé durante los tantos y oscuros años años en que ni el vientre del mar Pacífico se salvó de los despojos arrojados de helicopteros furtivos. Desde la copa del árbol nace el vuelo de una gaviota y una esperanza: nacer es romper un huevo, el vuelo se remonta hacia dios, el dios se llama Abraxas. Texto de la carátula del disco Santana Abraxas, que el músico mexicano extrajo de una obra de Herman Hesse. El tilo había muerto de pie, el artista lo vuelve a la vida para la última batalla como el Cid Campeador, y se transformó en totem que conjuró los maleficios, cumplio la tarea y volvió a la tierra.

Al suelo de esta plaza, en su diseño ancestral, entre los escaños que ya no están, en el Odeon en el cantó Violeta Parra y sus retoños Isabel y Angel. Eran los tiempos del TUC, de Gonzalo Rojas, la propia Violeta y de las legendarias Escuelas de Temporada de la Universidad de Concepción cuyo rector David Stitchkin promovió un gran despliegue cultural universitario hacia la comunidad.
Y finalmente una cita de nuestro querido y recordado Luis Andrés Jorquera
"Secularmente atractiva, la singular Plaza de Armas de Tomé, se ha transformado en la base de una bullente y apasionante actividad social, cultural y ceremonial. Sitio de mil sucesos y lugar de encantos, encantamientos e historias. Visitada por Presidentes de la República, artistas, poetas, soñadores, adultos, jóvenes y niños."
Y parafraseando en versión libre a Manuel Rodríguez
¡Aún tenemos Plaza ciudadanos!