AL AIRE LIBRO

AL AIRE LIBRO

lunes

Cien años mil sueños

Mil sueños Cien años
ME DECLARO ALLENDERO


Ahora que la indefinición está de moda
Y tener opinión o tomar partido es de mal gusto
En la duda no me abstengo y
Me declaro Allendero


Darwin Rodríguez Saavedra



La renuncia de Navarro al Partido Socialista no ha dejado indiferente a nadie, salvo, quizás, a Escalona, siempre impertérrito; ni a Schilling que, como en sus mejores tiempos en La Oficina, bravuconea contra quien se ponga en su camino de diputado coaptado en el lugar del ilustre Juan Bustos, que en vida nunca Descansó en Paz. Ni ahora, creo, con el nuevo inquilino en su escaño parlamentario.
Bien Henríquez-Ominami, el hijo de Miguel, diputado, también PS, que regaña por la indolencia con que los dirigentes del Partido Socialista reaccionan frente al fenómeno Navarro.
Entretanto los jotes sobrevuelan esperanzados en la decandencia del partido de Allende, están acostumbrados que al perder con las ideas, incitan al suicidio y sino, simplemente, hacen desaparecer a quienes piensan distinto. Les encantaría que desapareciera el PS y la concertación. Piropean a Zaldivar, les gusta el desnavarramiento aunque les molesta el desparpajo y populismo del ex-senador Socialista.
El pueblo, entretanto, se debate entre simpatías, desconciertos e indiferencias.
Cuando está de moda no tener opinión ni tomar partido, yo en la duda no me abstengo y me declaro Allendero.

Porque nada de lo humano me es ajeno, a veces veo Los del Monte, como años atrás, en el campo de prisioneros de la Quiriquina, veíamos Muchacha Italiana viene a casarse, en un televisor Antú que, sospechosamente, la guardia permitió pasar a la familia del prisionero Malaquías. Lo recuerdo con cariño y admiración. Cuando lo interrogaban decía, irreductible: “Malaquías Poblete, socialista desde antes que usted naciera, tenientéee”
No puedo ahora quedarme indiferente ante la decisión de Navarro, con quien desde sus tiempos de dirigente de la FEC, trabajamos por la recuperación de la Democracia reencontrándonos reiteradamente en el quehacer político y social.

El pueblo socialista se pregunta qué hacer. Los viejos socialistas no dejan el Partido aunque votaron por el Senador. Los militantes se agrupan y bajo las directrices de los caudillos partidarios tomarán decisiones y en vez de aprovechar esta crisis para debatir contenidos profundos de teoría y práctica política aumentan las distancias y odiosidades. La diversidad deseada y saludable vendrá acompañada de la intolerancia y aumentará el autoritarismo de los dirigentes. Schilling hará su agosto cazando brujas. Entretanto los problemas que Navarro argumenta en su elaborada carta renuncia seguirán sin enfrentarse de la mejor manera. Se limitará a estar en favor o en contra de la nueva aventura del Jano motoquero.

El camino de superación debiera buscarse en la reflexión y en el fortalecimiento del conocimiento de la teoría confrontada con la práctica política. Se hace mas que nunca necesario volver a las raíces, a las utopías, a los valores trascendentes del socialismo, esos que no se destruyeron con la caída del muro de Berlín, el que, como acertádamente apuntó Edgardo Condeza, cayó para los dos lados. La proscripción de conceptos como explotación y justicia se impuso en un partido que se acomodó (a la comodidad). A qué aburrirlos con palabras que se hicieron molestas, (como las madres de los desaparecidos que pusieron “curcuncho” a un Juez Supremo. Se prohíbe , por ser de mal gusto, hablar de pobres y ricos, de plusvalía ( a no ser que sea la de las inmobiliarias que hacen rentable un pantano, aunque no dejen respirar ni transpirar a la tierra), de dialéctica: ¿qué es eso? De RCT Revolución Científico Técnica si, pero de la otra NO.
Ha ocurrido una invasión de los códigos del aplastante sistema neoliberal en todas las esferas de la vida humana. La ética que distingue lo bueno de lo malo, la estética que hace lo propio con lo bello, han sido arrasada por las finanzas y el Dicom. Como sicópata la sociedad no distingue entre el bien y el mal, entre lo bello y lo feo, solo importa la rentabilidad, el interés económico, el mercado... Ya no hay palabra de honor, sino bussines are bussines. En estos casos “negocios políticos”
Hasta el carácter insurreccional de la primavera nerudiana corre peligro.

Yo, colocolino y ALLENDERO.
Me resisto a aceptar que los códigos de las finanzas rijan el conjunto de la vida. Se transa la amistad, Se Vende el amor, y el mar se cambia por gas. Lo que se supone inútil se le denomina como pura poesía. El ocio, noble como lo llamaban lo griegos, ese de la reflexión y la creación humana se niega: niego-ocio.

Los “operadores” de moda, los analistas del mercado actúan como los “reponedores” de supermercados que sin saber muy bien de que se trata lo que hacen, ponen código de barra a cada artículo, en este caso, ponen un código en la frente de cada persona introduciendo así las categorías del mercado en la vida social, de manera que en un encuentro de personas, cada uno saca su lector de barras y se relaciona prejuiciosamente con el otro, de acuerdo a si es ligth, con o sin azúcar, con o sin grasas saturadas o transgénico, si está en liquidación dos por el precio de uno.
Nos están convirtiendo en mercancías, transables, ubicados en distintos estantes, desde nos sacan y ponen de acuerdo a los vaivenes del mercado político.

¿Qué tal compañero? ¿Cómo está su familia? ¿Su madre no se ha resfriado? Un beso en la mejilla no es tal porque se juntan las caras y el chuic van al aire.

Ya no identificamos a las personas por sus ideas (teorías, sueños y utopías; virtudes y defectos) y su trabajo (praxis se decía antes)”. El debate es molesto, anticuado. Al ciudadano-consumidor-cliente no se le forma, sino que se le in-forma, o re-forma, o de-forma, o mal-forma, o trans-forma….a imagen y semejanza de alguno de los líderes de la sociedad. Quiero ser triunfador, tener mi propia crianza de pollitos, comprarme un parque ecológico, tener éxito futbolístico en Europa y olvidarme de la pobreza del barrio, o como tengo buen cuero triunfar en la tele de Morandé.

Entonces Navarro se rebela

Porque, es cierto, el grupo en el poder coapta a Schilling, los viejos gastan sus discursos en los pasillos, la elite negocia, y si alguien se insurrecta se le margina, amigablemente eso si, pero después de haberle sacado todo el provecho posible. Acaso Escalona no ganó su cupo de candidato a Senador con los votos de Navarro en el Comité Central, a cambio de lo cual el actual presidente del Partido Socialista ordenó a los suyos votar por Navarro y desbancar a Viera Gallo. Hsta ahí llega la tolerancia. Es el negocio político. Y aquellos que no sirven intereses particulares de algún grupo o alianza de grupos, cuyos próceres-caudillos-guías espirituales-gurús-patrones-déspotas ilustrados, que, desde el poder, con un “moderno discurso de tolerancia a la diversidad” preparan planes en la trastienda para eliminar las disidencias.
¡Vaya tolerancia!

Quizás La molestia me omnibule, porque no entiendo la tolerancia sino en el respeto y el derecho a discrepar con el otro, y no en su sumisión. Me exaspera ver como se hace como que se escucha pero solo se deja hablar para que los que disienten hagan su catarsis, se tranquilicen, se cansen. Hasta que se vayan, de la política, para la casa, para otro partido o al MAS. Yo me resisto, creo en la política, y en la democracia, en el progreso social, confío en la juventud, por eso estas notas, y en la duda no me abstengo.


En tiempos como este, es necesario volver a las raíces. Definirse y tomar partido. Recuperar los valores y las utopías, la esperanza por una sociedad mas justa y la felicidad. Porque aún tenemos utopías ¿no?

ALLENDERO

Gonzalo Rojas poeta ilustre con su reniñez de casi 90 años , nos lanza una tabla de salvación. El, estudioso de la palabra, de sus significados escondidos, tapados por el polvo, esas palabras a las que hay que obligarlas a ordenarse según nuestros intereses y no como a ellas se les ocurra, como lo advierte Cortazar, otro nuestro; en su caída casi cartesiana Huidobro desarmó las gastadas palabras hasta llegar al uauuaua del bebé, y desde allí crea un nuevo mundo.
Nuestro Lebulense universal, Gonzalo Rojas inaugura significados, inventa futuros.
Se declara ALLENDERO

En la pelea por quién es mas o menos allendista –algunos les interesa ser menos que mas- la palabra se ha llenado de garabatos, ha ido perdiendo su sabor original y como la xilografía del Che, corre el riesgo de desteñirse en una polera made in Taiwan. O como el Cristo, romanizarse hasta el silencio y la oscuridad feudal.
Lo de Allendero me gusta,
suena bonito, nos anima,
da un nuevo aliento,
contiene la mística que se escurre entre los estantes del supermercado,
enriquece el legado allendista,
me corrijo:
no solo lo enriquece sino que lo actualiza,
lo saca de la amnesia y lo repone en la memoria
lo convierte en acto, en acción,
Rescata al hombre de las “istas”
Lo re-convierte en compañía de otros hombres.
Nos re-vuelve compañeros
a otros les revuelve (el estómago) lo de compañero

(Allende y Compañero)
Allendero.

En la duda no me abstengo

La historia llegó a su fin (¡ ja ja ja ¡)
Marx se puso viejo, el cuerpo momificado de Lenín se derritió en la plaza que dejó de ser roja, Troski no permanece, Rosa Luxemburgo quedó debajo del muro, El Che gana un premio en Cannes, Fidel queda sin aliento, las re-lecturas de Gramsci alcanzan discos de platino.
No hay lucha de clases.
El estado se moderniza, tecnocratiza y se hace ecléctico
La plusvalía sobrevive en la publicidad de las inmobiliarias.

La histórica militancia; la del joven que desde las universidades y las poblaciones se llenó de mística e ingresó al concertacionismo socialista se llena de PIB, de crecimiento y equilibrios macroeconómicos e inserción global en relación inversamente proporcional a las convicciones, trascendencias y utopías.

Plusvalía, clases sociales, capitalismo,
¡ NO DIGA ! ¡USTED NO DIGA NADA!

Ni el cristianismo es culpable de la inquisición
Ni el socialismo es culpable del muro de Berlín.
Y el sonido de la lluvia en la montaña se produce aunque no haya nadie que la escuche.

De estas cosas se habla bajito, en los pasillos, entre viejos amigos,
(y con modismos actuales, entre las nuevas generaciones. ¡Aún tenemos patria ciudadanos!)
Pero no en las conversaciones sociales, menos en un diario,
a no ser en elsaber.cl
Es de mal gusto.


Ya termino
Dicen los experos en metodología, también algunos profesores y maestros, que para avanzar lo que importa, mas que la respuesta es la pregunta. Preguntémosnos pues:

1. ¿Se acabó la plusvalía, esa que explica Marx como el origen de la explotación.
2. Si es así, ¿cuál es el origen de la explotación?
3. ¿O ya no hay explotación?
4. ¿Existen o no las clases sociales?
5. Si existen, ¿luchan o los empresarios ayudan a los trabajadores?
6. ¿Se terminó el imperialismo que oprimía a los pueblos?
7. ¿Sigue siendo la política (redignificada) una actividad necesaria, y a través de la cual se debaten los distintos intereses sociales. (Ignorar si la respuesta a la pregunta 4 es negativa)
8. ¿Después de un rato de ocio reflexivo, olvidándose de su “negocio partidario” cree que los partidos deben modernizarse?

jueves

El Oficio de las artes: Presentación de la serie

El arte de los oficios o el oficio de las artes?

Cuando se trata de Tomé, aldea, ciudad, puerto, en cuya formación han intervenido tantos y distintos hombres y mujeres con oficios que sus manos se han transformado en arte, no sabemos si este Tomé, ¿es una ciudad mas, como tantas otras, o es una gran obra de arte extraída del mar por indios y pescadores, pintada en los cerros por sacrificados pobladores y las acuarelas de artistas del color, tejida en los telares de los siglos, cultivada en los bosques, tallada en maderas barcos y grabados, huerteada en tierras aledañas al Collén, escrita en periódicos y libros, confeccionada en trajes oscuros por el sastre y modista del barrio? Tomé y su cultura, su cultivo, es una multicultura, de allí su riqueza.

Quiero ir mostrando la misión cumplida por las generaciones de pescadores de sueños, de hilanderos del calor humano, toneleros del vino cariñoso. Se acumulan nombres y oficios, épocas y actividades, polleras y pantalones, obreros y emprendedores, pintores y poetas. Falta tinta en el tintero para contar de tanta historia, y nos falta memoria para los tantos que la hicieron.

Es que aún sigue la duda, si Tomé ¿es una ciudad mas, como cualquier otra o es una obra de arte oficiada por su gente, desde la plaza hasta los cielos, desde la orillita de la playa hasta la cresta de mundo? Digo el Neuque

El viejo leñador devino en tallador artesano, Alejandro Cartes, , de sus mientras otros como Américo Caamaño, Santiago Espinoza, Boris Montecinos llegan a convertir el oficio en arte.

El gran Manuel Rojas, escritor conocido por su Vaso de Leche e Hijo de ladrón entre muchas otras obras, seleccionó parte del Diario de Viaje de un Capitán inglés que pasó, hace ya muchos, muchisimos años nuestras tierras.

Dice: “De Penco nos hicimos a la vela, a lo largo de la costa, hacia Tomé, bonita caleta situada en un lugar muy pintoresco y rodeado de rocas y árboles gigantescos. En la parte más elevada se divisa una pequeña aldea oculta por el espeso follaje de los árboles.

Parte de la tripulación desembarcó a alguna distancias de las casas, a fin de pasearse por la playa. Luego llegaron varios habitantes a invitarnos a la aldea donde nos rodea una gran multitud de gente que nos ofrecía en venta madera para construcción.

Mientras terminábamos nuestras compras de este artículo, la luna apareció de repente tras los árboles, acompañada de Júpiter y Saturno; y el aspecto brillante y luminoso de este espectáculo formaba vivos contrastes con la oscuridad que nos rodeaba.

Y continúa el Capitán

Con gran sorpresa muestra uno de los naturales dejó caer a tierra la madera que venia cargando y mirando fijamente el cielo nos preguntó cómo encontrábamos el paisaje: “Es magnífico“ le contestamos. “Si señor, resplandeciente“ exclamó con acento en el que vibraba una emoción igual a la nuestra. Esta observación es de poca importancia y yo no la cito sino como una prueba del entusiasmo que demuestra este pueblo grosero e ignorante en presencia de las bellezas de la naturaleza. Este era el primer ejemplo que veíamos de este placer y este sentimiento entre los habitantes de la América del Sur.

Y cada cierto tiempo, desde entonces, quizás desde antes, llega gente, ya no desde el mar, y apenas bajan el caracol, descubren que este pueblo, que no es grosero ni ignorante, aún se estremece de placer y sentimiento ante la belleza.

La madera para construcción sigue saliendo, de las barracas ahora. El año 1960 gran parte de las casas prefabricas que se ocuparon para superar la emergencia del terremoto, salieron de Tomé. También desde aquí, a los pocos años salieron los primeros embarques hacia Italia. En la empresa que exportaba trabajaba Rafael Ampuero, reconocido artista tomecino, Premio Municipal de Arte, uno de los grandes grabadores chilenos- junto a Hermosilla y Santos Chávez, decía Nemesio Antúnes- de esos que sobre una plancha de madera tallan un motivo, la entintan como un timbre, traspasan al papel, lo enmarcan y cuelgan en la historia un pedazo de belleza.

El arte del grabado es un arte democrático, pues, una misma obra, del mismo artista, llega mismamente a tantas personas como copias originales se puedan hacer. La herencia de Ampuero, el pintor azul, como la llamaba, el poeta Alfonso Mora, fue trasmitida a connotados, directos e indirectos discípulos como Santiago Espinoza, reconocido y con justeza con el Premio Municipal de Arte, por su larga y prolífica trayectoria en la plástica local, regional y mas p´allá; obras suyas en distintas técnicas se encuentran en distintas partes del mundo. Una, cuya pérdida irreparable lamentamos, y que tenía que ver con su oficio de tallador de las maderas, fue su “Alegoría al mar” que en un Tilo resecado en la Plaza de Tomé, talló con sus mascarones de proa hacia los cuatro vientos como para protegernos de los males que acechaban la navegación del sueño tomecino.

Ese recordado árbol, justo al medio de un día, cuando venía la calma, no mediando brisa alguna, ni el aletear de una gaviota, mientras en la puerta de La Peña tramábamos con Chago alguna nueva historia,

El gigante vegetal cae

Los mascarones de proa se dibujan esperpénticos

Trata de levantarse

Salta un par de metros

Un estertor

Y allí queda

Extenuado tendido

Américo Caamaño, es otro de la misma estirpe que en la noble madera escribe, gruñe, dibuja, de la raza humana, raza de sal, dice Alfonso Mora, el poeta, por los cocholguanos. Américo profesor y maestro, talla pescados, redes y trenes, mares de espuma y gaviotas en el cielo. También merece y obtiene el Premio Municipal de Arte de Tomé, y talla y expone y talla.

Inaugurando su exposición en la sala Rafael Ampuero (23 de septiembre al 10) Alejandro Cartes, premio Municipal 2008, señaló poéticamente que hacía sus trabajos en las raices que bota el mar. ¿Por qué a este mar que no soporta las amarras le llamaron Pacífico?

Y mientras estos tomecinos nos honran, hay otros, pocos mal, tres para ser precisos, dos negociantes y un Diostor mas precisamente aún, que ante la oferta de un libro dijeron que no estaban para esas cosas. Pero esos son costal de otra historia.

AL final de cuentas el bosque que habitaba la bella caleta que vio el capitán inglés, y que en el siglo 19 fué rozado para sembrar trigo y mandarlo a California de norteamérica, renace agigantado en el oficio noble de un taco entintado que regala la belleza a los naturales de este pueblo que no es, ni ha sido grosero ni ignorante.



Alguna vez los trenes

Américo Caamaño: o el oficio de las artes

Presentación a Alguna vez los trenes, Sala Rafael Ampuero, CECUM 28 de agosto de 2007, Darwin Rodríguez Saavedra

Cuando nos referimos a Tomé, aldea, ciudad, puerto, galaxia, como lo instauró Alfonso Alcalde, formado por tantos y distintos hombres y mujeres con oficios que sus manos han transformado en arte, no sabemos si este Tomé, es un lugar mas, como tantos otros,

o es una gran obra de arte

extraída del mar por indios y pescadores,

o pintada en las faldas de los cerros por trancos vespertinos

y acuarelas tempranas

urdida en los telares de los siglos,

cultivada en los bosques, esculpido de combatientes mascarones de proa,

conjuros de bestias mágicas y fascistas varios

o huerteada con juncos en tierras aledañas al Collén,

escrita en periódicos y libros y cincelada en santos pétreos que se internan eternos en la mar

o confeccionada en trajes oscuros por el sastre y modista del barrio.

Tomé y su cultura, sus cultivos,

nombres y oficios, épocas y actividades, polleras y pantalones, obreros y emprendedores, pintores y poetas.

Ocios y negocios

En fin, una majamama,

por eso, su riqueza.

Y persiste, entomecinada, la duda, si éste es un pueblo mas, como cualquier otro o es una obra de arte oficiada por su gente, desde la plaza hasta los cielos, desde la orillita de la playa hasta la cresta de mundo, digo el Neuque.

Falta tinta en el tintero para contar de tanta historia, y nos falta memoria para los tantos que la escriben como el viejo leñador que engendró cabros que ofician, desde la temprana escuela, de talladores de trompos y figuras que la rama seca insinúa. De entre ellos, de los que transforman el oficio en arte, devienen grabadores como Américo Caamaño, profesor, maestro y pintor de evidente prontuario que cuchillo en mano, con la pandilla de Rafael Ampuero y sus gañanes recorre bosques y geografía tallando sobre árboles y pedazos de madera un motivo, que, entintado, como un timbre, traspasa al papel, para dejar a la historia y la belleza un pedazo de la realidad colgado en las murallas del pobre.

Américo Caamaño es de la estirpe que en la noble madera escribe, gruñe, dibuja, de la raza humana, de la nuestra raza de sal, de los hombres y mujeres del mar, como los llama Alfonso Mora, el poeta.

Américo, talla pescados, reses y oscuranas, entre las espumas de las olas y las de plumas en el cielo.

Y desde el pasado, casi, casi desde el olvido, ahora llegan los trenes.

Ber o no ver that´s the cuestión[1]

Quien mejor ha acercado a este cortazariano, convencido de que la realidad está construida de palabras, al mundo de la imagen, ha sido Roberto Matta con sus Invitaciones a conjugar el Bervo Ber .

Américo Caamaño ha aprendido, perseverante, el oficio de mirar y con jugar con sus amigos el bervo ver.

A pesar de que su visión de la realidad respeta la perspectiva renacentista, que intenta asemejar el dibujo a la visión humana, para lo cual las rectas paralelas se representan como convergentes: las vías del tren, por ejemplo, parece que se juntan, ¡oh paradoja!, cuando se alejan, nuestro tomecino ilustre e ilustrador, subversivo, concentra las líneas de su pincel en el hombre.

Por eso las visiones que nos quedan grabadas en la retina y en el alma son ambivalentes. Nos ubican a ambos lados de la ventana al mismo tiempo. No nos quedamos inmutables ante sus paisajes ferroviarios, no sabemos si a travs de la ventana del tren somos los que vemos o los que somos vistos.

En la ventana del tren con-juegan nuestros ojos con el pasado y la leve brisa del futuro.

Les invito a poner la frente en el vidrio de la ventana del tren y sentir el tacatacatatá por el riel.



[1] Presentación a Exposición Xilografías, Sala La Sainte Vierge, Concepción, 10 de septiembre de 1998, Darwin Rodríguez Saavedra

Cuento contra la amnesia


CUENTAS PENDIENTES

Aunque los niños eran pequeños, cachaban todo.
Estaban nerviosos, no querían jugar, ni comer. A ratos lloraban.
Nuestros tibios intentos por distraerlos eran en vano. Parecían, y perdón por la analogía, un par de moscas en día nublado, esas que rondan y zumban incansablemente, alrededor de nuestro, inconcientes, por cierto, del peligro de los manotazos que uno tira, exasperado, a diestra y siniestra, sin apuntar sino a nuestras propias orejas.

María prendió la tele que estaba arriba del refrigerador que ocupaba, imponente, pechugón, (aunque medio vacío por dentro) el mejor lugar, bajo la escalera del único ambiente cocina-comedor-living. La programación había sido interrumpida, una vez mas, para informar de un nuevo ajuste económico. Los servicios básicos de luz, gas y agua, se podrían al nivel internacional, lo que significaría un alza moderada de sus valores. El supremo gobierno llama a los chilenos a poner su cuota de sacrificio por el bien del país.
La mirada de María chispeó de negra angustia.
Desde la calle el zumbido de un motor se acercó amenazante a la puerta de la casa. La respiración se contuvo, los niños dejaron de girar, el cerró los ojos, para evadir, por segundos la realidad. Sin detenerse el vehículo se alejó hasta perderse calle abajo.
Los niños volvieron a chillar
-sabía que esto iba a pasar- dijo la mujer con un tonito acusador.
-¿pero que podía hacer? Dice el, tratando de disculparse por la situación que estaba haciendo pasar a su familia.
-Desde hace un par de meses que nos hemos venido salvando, pero, tu sabías que tarde o temprano nos iba a tocar.
-Shh, parece que ahí vienen- anuncia ella mientras se cambia de posición para no ser vista desde la calle. -Niños, niños quédense quietos y en silencio.
-Qué sacamos vieja, si aunque no haya nadie ellos igual proceden y es para peor.
-¿Qué podemos hacer?
-Nada, por ahora, pero ya se arreglarán las cosas, recuerda que no hay mal que dure cien años.
-si claro, tu siempre tan optimista, pero viste como ayer quedó la embarrada en Cerro Alegre.
-Si y antenoche el cerro Frutillares quedó casi completamente a oscuras, dicen que se escaparon muy pocos.

Un vehículo se acerca lentamente, con su motor petrolero ronroneando poderoso, como contenido, bufando. Se detiene una par de casas mas allá.
-Parece que están en la casa de los Negrete…
¿Son ellos? susurra ella
-No sé, no sé, grita él sin poder contenerse.
-Mira mujer, lo mejor que vengan cuanto antes, ya no aguanto mas la incertidumbre, tarde o temprano vendrán, si no es hoy será mañana, pero vendrán, tu lo sabes.

El motor no ha dejado de bufar, el trata de ver el vehículo por la separación entre el visillo y el marco de la ventana. Fija sus ojos en la callé, en el ángulo preciso por donde se asoma, lentamente, como olfateando, la trompa de una camioneta gris.
–son ellos, ya vienen…
retroceden, respiran agitados
El golpe a la puerta es enérgico.
-yo voy, dice María.
Pero el se adelanta, sabe que es su responsabilidad y quiere que la mujer y los niños se mantengan ajenos.
-Saca a los niños de aquí, que no vean nada. Llévalos al patio.
Abre la puerta. Tres hombres de casco cubren el vano de la puerta, los dos mas pequeños cubren las espalda del que parece ser el jefe, un cuarto hombre permanece, atento en el volante de la camioneta de doble cabina y cubierta por un grueso toldo.
Antes que el dueño de casa pueda decir algo, el jefe casi gruñe:
-¿José Catalán?
-Si señor
-Usted tiene una cuenta pendiente con nosotros.
-Si los que pasa es que…
-lamentablemente ya es demasiado tarde para explicaciones,
dice el jefe, mientras estira y retira rápidamente, antes que José pueda ver lo que contiene, una la carpeta
-aquí traigo la orden.
La mujer asoma la cabeza por un costado, los niños se abrazan a las piernas del padre y gimen
-pero señor …
-Nada de pero señora ya no hay nada que hacer, las órdenes son órdenes, su marido no ha pagado la cuenta y la vamos a cortar la luz.